jueves, 12 de julio de 2018

Patrones abusivos Vs empleados güevones y viceversa


Por Daniel Ontiveros

Esta semana publicamos una encuesta acerca del costo de las rentas en Zapotlanejo, y la mayoría respalda que son excesivas, pero por una situación en particular: los bajos sueldos que perciben la mayoría.

Dejando a un lado del porqué son costosas las rentas, esta es la situación común que se vive en la mayoría de los negocios en el municipio: un círculo vicioso que no se ve termine hasta que mejoren las condiciones laborales.

Cuando una persona entra a trabajar, a una tienda de ropa, a una fábrica maquiladora de prendas, a un licorería, o cualquier otra empresa que no está al 100% establecida es entrar al juego de ver quién es el que aguanta más: si el patrón en correr al empleado, o el empleado a renunciar.

Con sueldos que no rebasan los 1,200 pesos por semana, a los que buscan trabajo no les queda más que aceptar las jornadas que van desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la tarde en las maquiladoras, o de las 10 de la mañana hasta las 7 de la tarde en las tiendas de ropa, con un día de descanso a la semana. Estamos hablando de jornadas de hasta 12 horas al día.

Las prestaciones mínimas como el IMSS, vacaciones, aguinaldos y demás, quedan a la consideración de los patrones, que piensan que están haciendo un favor al contratar a sus empleados, porque son humildes, porque no tienen estudios, pero en realidad es porque necesitan mano de obra barata que se resigne a recibir órdenes y medio cumplirlas.

Por la otra parte, el trabajador acepta las condiciones, con la esperanza constante de cambiar a un mejor trabajo en cuanto se vea la oportunidad. Al sentir la presión del trabajo en donde se encuentra, optan por no realizar las actividades y esperan a que el patrón los corra, y es cuando empieza el círculo del trabajo en Zapotlanejo.

El trabajador en su afán de no quedarse con la manos vacías, amenaza al patrón con demandarlo por no tener seguro (y es que por lo regular a los que bien les va, les dan IMSS hasta tener mínimo 6 meses trabajando), comienzan a hacerse flojos presionando al patrón para que este lo termine corriendo. El patrón también en su afán de ganar, le apuesta por generar presión al trabajador, para que renuncie y no tenga que pagarle liquidación alguna. Esto es un juego que puede durar semanas hasta meses.

Pero allí no termina el asunto, cuando por fin alguno de los dos cede, el patrón descubre que de todas formas debe entregar dinero al trabajador, sea por despido o por renuncia, con tal de que este no abra la boca y diga que nunca tuvo seguro.

El as que tienen bajo la manga los patrones, es una especie de buró laboral, porque en cuanto ya no tienen en sus filas a un trabajador que les causó problemas, hablan con las empresas con las que tienen contacto para que que no contraten a su ex trabajador. En ese punto, ahora comienza el calvario para el desempleado que le cuesta mucho más tiempo encontrar una posición.

Al final, encontrará un trabajo igual o peor en el que estaba, porque simplemente aquí no hay más opciones, se toma lo que hay, se hace lo que se puede mientras se encuentra otro lugar donde laborar, y piensa en llevarse lo que se pueda cuando se termine la relación en la empresa explotadora en la que está. Al final el patrón desembolsa dinero en el soborno, liquidación o finiquito al trabajador, además de la asesoría del abogado.

Todo esto se pudo ahorrar desde un inicio, dando las prestaciones que por ley se deben ofrecer, dejando claro hasta donde puede crecer un empleado en la empresa, pero sobre todo, teniendo una cultura organizacional, que no existe en Zapotlanejo, y en muchos otros lugares en México. 

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