domingo, 22 de noviembre de 2009

Unen fuerzas para ayudar a la gente que más lo necesita



Nació un nuevo logro como sociedad para Zapotlanejo, ya están abiertas las puertas del Banco Diocesano de Alimentos, que brindará asistencia a familias de escasos recursos económicos.
La cita fue en el Centro de Modas Zapotlanejo, específicamente en Plaza Maribel, Andador Brenda, en los locales 3, 4,5 y 6, justo en el día de la celebración de la Revolución Mexicana, donde asistieron personalidades del municipio como Julián Becerra, importante empresario y presidente del Consejo de este banco, María Luisa Morales Solís, presidenta de Cruz Roja Zapotlanejo, Héctor Álvarez, alcalde de Zapotlanejo, Patricia Sánchez, presidenta del DIF, Juan José Jiménez, alcalde electo, además de personalidades claves para el municipio.
El padre Luis Fernando Rodríguez Murillo, fue quien bendijo las instalaciones, augurando lo mejor para una institución que ayudará a la gente que más lo necesita.

Todo el respaldo
Daniel Ríos García, en representación de la Secretaría de Desarrollo Humano del Gobierno del Estado, mencionó que el propio Gobernador Emilio González, ha impulsado fuertemente la creación de estos bancos para lograr combatir el hambre, y recalcó que este proyecto sólo tendrá resultados con el apoyo tanto de las autoridades, empresarios, como de toda la gente.
Al finalizar se cortó el listón inaugural, dando así oficialmente el arranque del Banco Diocesano de Alimentos de Zapotlanejo A.C.

Inician en 4 comunidades
En entrevista con Antonio Hernández, quien es el director de este banco, mencionó que el funcionamiento principal, es ser un puente entre las familias con la fortuna de tener, con las que no tienen. Además, señaló que se hizo un estudio de 2,500 personas en 30 comunidades, de las que fueron seleccionadas 30 familias de 4 comunidades, que serán las que inicialmente se beneficien con una despensa quincenal.
Estas despensas consisten en arroz, frijol, cereales, frutas, y demás productos, donde una nutrióloga se encarga de equilibrar la despensa, para que aporte los nutrientes suficientes a cada familia.
Dicho productos se consiguen con importantes empresarios, ganaderos, comerciantes que dan determinadas cantidades de productos que son canalizadas a las familias.

Cena de la Esperanza
Ya a las 8 de la noche en el Salón Rey Sol, se llevó acabo una cena donde asistieron decenas de familias para conocer como trabaja el Banco Diocesano de Alimentos.
Aquí ya se encontraban, además de los asistentes ya mencionados, María de la Luz Jiménez de Acción Social del Banco Diocesano de Alimentos (BDA) de Guadalajara, José Ramírez Pelayo, director del BDA de Guadalajara, Roberto Ramírez, vicepresidente de la Asociación Nacional de Bancos de Alimentos (AMBA), y el punto neurálgico de todo, una familia que asistió en representación de las personas beneficiadas.
Al inicio Héctor Álvarez, alcalde de Zapotlanejo, fue quien tomó la palabra, haciendo hincapié en que la asistencia al evento, hubiera estado a reventar al haberse presentado una banda famosa, y entonces así la gente sí hubiera asistido, reflexionando que nunca nos ponemos a pensar en las personas que no tienen qué comer, y el esfuerzo que inició el 20 de noviembre con el nacimiento del banco. Juan José Jiménez, alcalde electo de Zapotlanejo, también mencionó la importancia de la creación de estas instituciones, y se comprometió a apoyar en su próxima administración.
Para conocer de primera mano la experiencia que es trabajar en un banco de alimentos, José Ramírez Pelayo, director del BDA de Guadalajara, habló de la satisfacción y el aprendizaje que se tiene al pertenecer al Banco Diocesano, que aunque es un trabajo duro, el apoyar a las personas que lo necesitan, nos convierten en mejores personas.
La emotividad entró de lleno con las palabras de María de la Luz Jiménez, de Acción Social del BDA de Guadalajara, quien habló que no sólo se debe alimentar el cuerpo, sino el espíritu, para que esa persona que recibe el apoyo genere su propio sustento, y logre salir a delante, y suceda algo bueno, dejar de apadrinar a esa familia, porque significa que ya no sufre hambre.
Después de su intervención Roberto Ramírez, vicepresidente de la AMBA, realizó una dinámica donde cada persona asistente encendió una vela, como símbolo de su compromiso por sacar adelante este proyecto, y sobre todo el compromiso con la gente que más lo necesita.
Al finalizar, María Luisa Morales, bendijo los alimentos que se iban a recibir en la cena, y fueron Héctor Álvarez y Juan José Jiménez quienes sirvieron la mesa a la familia que representaba a todas esas personas que serán las beneficiadas con el Banco Diocesano de Alimentos.

El dato
10 mil personas sufren crisis alimentaria en Zapotlanejo
Diario se desperdician 15 mil toneladas de alimentos
A finalizar el año, se esperan existan 16 bancos de alimentos
La FAO y el Tecnológico de Monterrey, iniciaron su apoyo a la AMBA

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